"Chimbarongo, la ciudad pequeña más grande de Chile" El Mimbre, el corazón de Chimbarongo (Miguel Lira Muñoz)

viernes, 16 de octubre de 2015

Gracias, muchachos

CUANDO BAJARON  A CHIMBARONGO  LOS DIOSES DEL OLIMPO.

Cuando me di cuenta que tenía mucho material sobre mi comuna, mucha información que fui compilando, sentí la necesidad de darla a conocer, principalmente a las nuevas generaciones y  tomé la difícil decisión de darle un orden, un sentido y un buen día de septiembre de 2008 empecé la compleja aventura de escribir un libro sobre Chimbarongo. Nunca me imaginé que era tan difícil.

En ese entonces, yo estaba  encargado de la  gestión cultura del municipio  y le comenté al alcalde Mellado mi intención y le solicité  el respectivo permiso para revisar unos documentos que estaban amontonados en la bodega municipal ubicada en el estadio  Eran libros de actas de las reuniones de los regidores, y otros legajos húmedos y fétidos por el paso del tiempo y su total abandono. Ahí estuve metido por mucho tiempo, más de tres meses, como ratón hojeando y anotando los percances de la gestión municipal desde los años 40, 50, 60. Una vez que junté mucha información, detalles desconocidos por la mayoría, empecé a darle un orden, basándome siempre en el libro de don Heriberto Soto "Villa Chimbarongo". La cantidad de páginas redactadas no pasaron de ser más de 150. Eso fue en el primer intento. Por un largo tiempo dejé de escribir, tal vez pasó un año, y de nuevo retomé  el desafío personal,  pero esta vez, motivado por un concurso que  convoca todos los años a los medios de comunicación a presentar iniciativas culturales para ser difundidas por ese medio.  Presenté el proyecto a nombre de Radio Artesanía   y lo gané. "Voces de  la historia  de Chimbarongo" así se llamó. Se grabaron micros espacios  que eran parte de la programación diaria de Artesanía y para ello, dispuse de todo el material que había recopilado sobre la historia local. En la voz de  Marco Contreras, se daban a conocer detalles, Cosas y Casos de Chimbarongo, anécdotas de la vida pueblerina y de los gobiernos comunales. La grabación de estos espacios radiales estuvieron a cargo de "José" Valdivia. Hubo muy buenos comentarios de este programa radial que duró más de  tres meses.

La verdad que esta iniciativa radial, me motivó para retomar lo del libro. Seguí buscando más información, conversaba con gente de mucha edad para que me contara "Cosas y Casos de Chimbarongo" y los registraba en mi "futuro" libro. Pero nuevamente dejé de escribir por un largo tiempo, más de año.  A veces creía que estaba haciendo un esfuerzo inútil al no saber cómo lo haría para   publicar todo lo que estaba escribiendo. Me desanimaba mucho y me olvidaba del proyecto.

En una conversación con el alcalde Mellado, le propuse que para mejorar el trabajo cultural de la comuna, del cual yo era el responsable, lo mejor sería crear una Corporación Cultural dependiente del municipio, propuesta que le agradó y de inmediato se acordó una gran asamblea con todos los interesados en trabajar en la cultura de Chimbarongo, instancia que serviría para informar de esta inquietud edilicia. Para una mayor formalidad,  el alcalde Mellado nos aseguró que en esa reunión se contaría con la  presencia de una representante del Departamento Jurídico del municipio para que nos informara los aspectos legales para dicha constitución. Se hizo la  asamblea en la sala del Concejo Municipal con una muy buena asistencia de todos los ámbitos del quehacer chimbaronguino.

Primero se hizo un análisis de lo que pasaba  no sólo con la cultura en la comuna, sino también, con el deporte.  Ahí fue cuando conocí a los "dioses del Olimpo". Según ellos, por muchos años, nada se había hecho en cultura, desconociendo todo. Aparecieron "los que inventaron la rueda y el fuego" los que  nunca he visto articulando algo sin recibir nada a  cambio por Chimbarongo. Sentí rabia e impotencia. Según "los dioses del Olimpo" y "los que inventaron el fuego", en Chimbarongo NUNCA hubo un trabajo o una propuesta  cultural. Daba la sensación que se habían puesto de acuerdo, Yo estaba igual que Chapulín Colorado... ¿Y ahora quién me podrá defender?; pero afortunadamente, entre los asistente a esa reunión estaba don Ignacio Urbina, que en ese entonces era concejal y fue él, quien pidió la palabra para informar  a "los desinformados" del permanente esfuerzo que se ha venido haciendo por el quehacer cultural de la comuna y que  cuál era el objetivo de no reconocer con hidalguía que "algo" se ha hecho. No hubo respuesta. Un  largo silencio. Uno de los asistentes "se dio una espectacular vuelta de carnero" después que no dejó "títeres con cabeza" pudo reconocer que "algo se había hecho en cultura, pero que faltaba más. Esta situación descrita, me caló profundamente y en un pequeño acto de  rebeldía opté guardar silencio y observar a “los dioses del  Olimpo” y a “los que inventaron el fuego y la rueda”. Era aquellos que NUNCA HAN COMETIDO ERRORES, PORQUE NUNCA HAN HECHO NADA, sin pedir nada a cambio, ni horas extras ni otras compensaciones que tiene el sistema. Sólo faltó que dijeran que  ellos habían pavimentado las principales  calles de Chimbarongo. ¡Qué falta de respeto!

La reunión terminó con el compromiso de juntarnos de nuevo, con la tarea de redactar los estatutos de la futura Corporación Cultural, basándose en un modelo  que se  traería. Reunión que nunca se hizo.

Me dolió lo que se dijo en esa oportunidad, porque a  pesar que yo tenía sólo  dos  horas diarias, se lograron cosas muy importantes que tenían relación con la identidad local  y que  aún se  hacen, si es así, significa que no eran  iniciativas malas.  Y si a eso  le adicionamos que no tenía un espacio físico determinado para desempeñar mi trabajo, no siendo un obstáculo para gestionar cultura comunal con mucha responsabilidad y por sobre todo con mucho compromiso, se justificaba mi impotencia de estos señores y sus falacias.

Todo lo descrito sirvió para que retomara  lo del libro con mayor fuerza e ímpetu. Sentí la necesidad de revindicar el nombre de muchos coterráneos que dejaron un legado inmenso y que estos “dioses  del  Olimpo y creadores del fuego y la rueda”, negaron de su existencia.

Decidí enriquecer el contenido del libro, no con fotos, sino con antecedentes muy desconocidos por todos y para lograrlo, visité en Santiago la Biblioteca Nacional  en reiteradas oportunidades.

A  todo esto, ya habían pasado tres años, pero en forma diaria iba registrando lo que encontraba. El proyecto del libro iba de todas maneras. Tenía que hacerlo. Fue la rabia y la impotencia la que me empujaba a escribir.

En el año 2012 yo renuncié a mi labor como encargado  de cultura. Después de tres intentos, el alcalde Mellado me aceptó lo que le proponía: Volver al DAEM y desde ahí, pero en otro grupo etario, seguiría ligado al quehacer cultural.

Desde que empecé a  escribir el  libro han pasado ya seis años, camino recorrido que  no ha sido fácil. Cuando ya estaba   casi terminado, el disco duro externo donde estaba guardado, se echó a perder, sin poder recuperarlo, sólo tenía otro respaldo pero incompleto. Nuevamente tuve que reiniciar todo el proceso. Otros varios meses  sentado, por las noches, frente al computador hasta bien tarde. Tenía que reescribir algunas partes.

En el mes de noviembre del 2014, se lo presenté al alcalde Mellado cumpliendo mi compromiso. Desde ese entonces creció en mí la confianza que mi libro se publicaría. Hoy, cuando ya ha pasado mucho tiempo, queda muy poco para que mi pequeña  obrita la lean los chimbaronguinos. Ya está en proceso de  licitación.

Espero que sea un aporte.

Una reflexión final: “Gracia a la bajada de los dioses del Olimpo y de los que inventaron el fuego y la rueda congregados en esa reunión descrita, pude terminar Cosas y Casos de Chimbarongo. Cuando alguien me ha preguntado quiénes son “los dioses del Olimpo y los que inventaron la rueda y el fuego” mi respuesta es muy sencilla: Ellos saben quiénes son y con eso basta.
Así es la vida.